martes, 20 de abril de 2010

Sacerdote rebelde podría perder ordenamiento: Arzobispo

ROSARITO.- El arzobispo de Tijuana, Rafael Romo Muñoz, amenazó con anular el ordenamiento a un párroco de Playas de Rosarito a quien acusa de diversos actos de rebeldía, desobediencia, simonía y otras irregularidades en el ejercicio de su sacerdocio.



En un “decreto de parroquia vacante”, el jefe católico lanzó un ultimátum al sacerdote Raymundo Figueroa Pérez para que entregue el templo Santísimo Sacramento, del cual fue removido desde octubre del 2009, y advirtió que de no hacerlo se invalidarán los sacramentos que celebre, con lo que terceras personas resultarían afectadas. La situación ya es del conocimiento de la Santa Sede, dijo Romo Muñoz al ofrecer la casa del sacerdote, para su atención y manutención. El “padre rebelde” tiene 15 días para acatar las órdenes del arzobispo, antes de recurrir a medidas extremas como prohibirle ejercer el sacerdocio o iniciar un proceso de dimisión del estado clerical, que significa anular su ordenamiento. La página oficial de la Iglesia católica en Tijuana publicó el “decreto de parroquia vacante” que entregó a Figueroa Pérez, en la que su jefe espiritual le señala que al insistir en mantenerse en la parroquia que ocupó durante años, está incurriendo en el “delito de retención ilegítima del cargo”. Ofició misa durante crisis de influenza Los conflictos con el padre Raymundo iniciaron hace años, pero en el 2009, durante la contingencia de salud por la epidemia de influenza A H1N1, hizo crisis cuando a criterio del arzobispo tijuanense desobedeció la orden de no oficiar misa para evitar concentraciones masivas y convocó a sus feligreses el 3 de mayo. Como resultado, la arquidiócesis ordenó su cambio a otro templo, pero de nueva cuenta desacató al no abandonar la parroquia, con lo que indujo a la feligresía a este acto de desobediencia. Simonía Romo Muñoz especificó en un documento publicado en la página oficial de la Iglesia, que el sacerdote Raymundo incurrió en simonía durante varios años al ofrecer o coordinar sacramentos en sitios no reconocidos o fuera de su jurisdicción. Esto también había sido motivo de amonestaciones. La otra manifestación de desobediencia en la que involucró a los feligreses es precisamente haber continuado oficiando misa en la parroquia del Santísimo Sacramento a pesar de haber sido reubicado a otro templo y de que él aceptó la oferta de cambio. El decreto de “parroquia vacante” fue entregado al padre Raymundo desde el 11 de abril, y cuenta con 15 días para acatar las disposiciones de su jefe católico. De no acatar el decreto, “me veré en la única opción pastoral de aplicar una censura, que sería la suspensión canónica, y de continuar en tu contumacia quedaría como único camino iniciar el proceso de dimisión del estado clerical”, advierte el arzobispo Romo Muñoz.

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